Por Fernando Tovar
Durante muchos años, los criterios legales, han regido la economía y la política de este país, en cuanto a que a pesar de que la justicia no se cumple en la mayoría de los hechos de nuestro proceso social, siempre han sido basados en un aparente y cabal cumplimiento de la ley. Pero ahora ante la crisis de salud por la que acaba de pasar México, todos nos hemos tenido que disciplinar, ya no coercionados por presiones de la autoridad, sino por el temor a contagiarnos de un virus, que en determinada etapa de su desarrollo es mortal; a las autoridades nacionales de salud, encabezadas por José Ángel Cordova, personaje serio y objetivo, que sin poses políticas, ha lidereado la estrategia de salud contra dicho flagelo, adquiriendo sin querer, a nivel político, el reflector necesario para poder competir por la grande en el 2012, contra Marcelo Ebrard y Peña Nieto, aunque antes tendrá que superar al Secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont.
La relevancia de la medicina, también se extiende al ámbito deportivo, a pesar del desden de la burocracia deportiva en Beijing, donde se detectó la falta de médicos, nutriólogos y fisiatras, desplazados por familiares y amigos de directivos de federaciones y de organismos oficiales. Todo lo anterior, en cuanto a que las evaluaciones médicas, deberán ser programadas y determinantes para autorizar la participación en eventos internacionales, donde cada delegación, deberá ser acompañada por un médico responsable del seguimiento de la salud de nuestros atletas.
Por otro lado, nadie entiende porque Roberto Beltrán Ramonnetti, no quiere entregar la Federación Mexicana de Taekwondo a la planilla ganadora de las elecciones pasadas, encabezada por Juan Manuel López; a no ser que tema el primero que se encuentre el segundo con un cochinero administrativo que sirva como prueba para ser sujeto al ejercicio de la acción penal.